Hace poco la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados aprobó el denominado proyecto “Ley Machuca”.
Este proyecto señala que los colegios particulares deben destinar una cuota del 30% de su matrícula a admitir a escolares de los cuatro primeros deciles de ingreso. Ello, con el objetivo de promover la integración social.
Dicha propuesta indica que estos estudiantes serán eximidos de la totalidad de la mensualidad que deban efectuar, así como también de las cuotas de incorporación.
En estos casos, la totalidad del costo de admisión correría por cuenta del propio establecimiento.
No es primera vez que ocurre esto en nuestro país, ya que en la década de los 60 se instauró una iniciativa de integración similar impulsada por la Congregación Holy Cross.
Además, el proyecto también propone cambios al Sistema de Admisión Escolar (SAE), estableciendo la imposibilidad de rechazar a estudiantes que tengan necesidades educativas especiales (NEE), ni tampoco a aquellos que sin ser hermanos, viven bajo un mismo techo.
Actualmente, el proyecto fue aprobado de manera general y se remitió a la Comisión para que emita un segundo informe.
La respuesta del Gobierno
Desde el Gobierno advirtieron que dicho proyecto es inconstitucional.
Jaime Bellolio (UDI) señaló que si un establecimiento no cumple la cuota del 30%, se le quitará el reconocimiento oficial.
Además, estableció la propuesta de que los colegios puedan admitir voluntariamente a niños de sectores vulnerables, y que también tengan la posibilidad de recurrir a la subvención escolar.
La subvención parvularia
La misma Comisión también despachó un proyecto de ley del Gobierno que crea una subvención para los jardines infantiles vía transferencia de fondos (VTF), que son aquellos administrados por municipios y fundaciones.
No obstante, dicha propuesta fue rechazada por la oposición.
Al respecto, la diputada Camila Rojas (Comunes) precisó que la diferencia radica en que ellos proponen un financiamiento basal para dichos fines, mientras que el Gobierno plantea una subvención por asistencia.
¿De dónde proviene el nombre “Ley Machuca”?
Este nombre proviene de la película homónima, ambientada en la década de los 70 en Santiago, pocos días antes de que se produjera el golpe militar.
En este contexto, niños de sectores sociales populares podían acceder al Saint George’s College, colegio del barrio alto, a través de una beca.
Ello traía aparejados prejuicios, segregaciones y exclusiones.
Críticas a la “Ley Machuca”: ¿por qué gravar a privados con lo que corresponde al Estado?
Este proyecto de ley no ha estado exento de polémicas.
El abogado y rector de la Universidad Pedro de Valdivia Rafael Rosell ha señalado que este proyecto no soluciona el problema de fondo que se ha planteado abordar: la mala calidad de la educación pública.
Algunas de las interrogantes que plantea son: ¿por qué gravar a privados con cargas que corresponden al Estado?, ¿quién se hace cargo de la sostenibilidad de esta iniciativa a mediano y largo plazo?
Además, plantea otras dudas en relación con aspectos de convivencia: ¿qué impacto tendrá esta medida en las vidas de los estudiantes de los primeros cuatro deciles que sean favorecidos?, ¿cómo evitar que sean objeto de discriminación y bullying al interior de sus recintos educacionales?
Justamente, la obra que da nombre al proyecto pone de manifiesto la segregación y discriminación que una medida así puede generar.
En opinión de Rosell, este proyecto constituye un paliativo que en vez de corregir la desigualdad social, la reafirma.
Junto con lo anterior, Eledín Parraguez, profesor, poeta y escritor en que se inspira la historia de Machuca, opina que el proyecto de ley “es una iniciativa de buenas intenciones, pero no soluciona el fondo del problema. Lo que necesitamos no es poner a niños pobres en escuelas ricas. Ya no tiene sentido”.